Miguel Zúñiga Juárez
Análisis del Acontecer
La capital #oaxaqueña se prepara para vivir este día “La Noche de Rábanos” que es una fiesta de sello netamente popular en la que los hortelanos y floricultores quienes exhiben sus diseños especiales realizados con el #rábano, la flor inmortal y el totomoxtle.
Dura sólo unas horas, pero congrega prácticamente a todos los habitantes de la ciudad en el área del #Zócalo, quienes concurren con el objeto de admirar la creatividad de los participantes en este concurso anual que da paso a la celebración de la noche buena y #navidad.
La usanza antigua de los oaxaqueños era la de asistir a las calendad y a la misa de Gallo. La cena de navidad surgió mucho después. Los comerciantes llevaban a vender en la Plaza de Armas de la Vieja Antequera el pescado seco salado, imprescindible en las comidas de vigilia, además de las verduras necesarias para complementar el menú. Los hortelanos de Trinidad de las Huertas llevaban sus verduras, expendiéndolas en puestos colocados con este objetivo.
Según fuentes fidedignas se tiene conocimiento que el 23 de diciembre de 1897, se organizó la primera exposición.
En aquella época lejana, la primera exposición al aire libre de la Noche de Rábanos se llevó a cabo en la plaza de Marqués o la Plaza de las Armas, hoy Jardín de la Constitución.
Después del primer concurso de floricultura, se hizo costumbre que se celebre año con año. Al respecto el periódico El Imparcial de la Ciudad de México le llamó “La Tradicional Plaza de los Rábanos”
Los cuadros que los hortelanos y floricultores presentan se inspiran en motivos navideños como el Nacimiento, la llegada de los Tres Reyes Magos y las Tradiciones #Oaxaqueñas, como la Festividad de la Virgen de la Soledad, Día de Muertos, sus orígenes históricos, bailes, etc.
Las filas de espectadores se forman y en completo orden las personas realizan su recorrido lento alrededor de los puestos, admirando la creatividad e ingenio de los trabajos. No correo prisa, es una noche para disfrutarla a plenitud!.
Al final se premia a los mejores expositores en un ambiente de música y esplendor, que culmina con el momento en que los juegos pirotécnicos empiezan a aparecer.