Miguel Zúñiga Juárez
Análisis del Acontecer
168 personas han muerto por COVID-19 en Oaxaca, de agravarse la situación no solo el sistema de salud colapsaría, también lo hará el único establecimiento en la capital del Estado dedicada a la cremación de cuerpos.
En la capital del Estado, hasta hace un mes existían tres agencias funerarias con hornos propios, sin embargo, el pasado 6 de mayo autoridades municipales y habitantes de San Pablo Etla clausuraron un crematorio particular, ante el temor de contagios de COVID-19 y por la contaminación que producían con la incineración de cuerpos.
Mientras que el 29 de mayo tras las denuncias de habitantes de San Sebastián Tutla, el ayuntamiento de Tlalixtac de Cabrera clausuró de manera temporal un crematorio donde presuntamente trasladaban cuerpos de personas que murieron a causa del Covid-19.
CREMACIÓN
Para poder cremar un cuerpo se requieren de 3 horas mínimo para que se convierta en cenizas, pues después de ser introducidos por el horno a temperaturas que alcanzan entre los 750 a 1000 grados centígrados deben de pasar por el cremulador, la máquina que se encarga de convertir en cenizas todo aquello que queda después de ser incinerado.
Es decir que si en Oaxaca solo se cuenta con un horno crematorio se estaría realizando aproximadamente 8 cremaciones diarias, cuando tan solo por COVID-19 mueren en promedio 2 personas, pero de otras enfermedades de acuerdo al último censo del INEGI mueren diariamente 67 personas.
CLAUSURA DE FUNERARIA
La tarde de este martes, la Secretaría de Salud de Oaxaca clausuró la funeraria “Chávez” ubicada en calles del Centro de la Ciudad, lo anterior por haber encontrado irregularidades, entre ellos cuerpos en estado de putrefacción y cenizas esparcidas en la zona.
Derivado de ello solicitaron la intervención de la Fiscalía General de Justicia del Estado, para que iniciará con la investigación correspondiente y determinará la procedencia de los cuerpos, mismos que de acuerdo a información extraoficial correspondían a pacientes de personas que esperaban espacios en el crematorio.
Costos
Aunque los costos no han incrementado desde el inicio de la pandemia, lo que una familia debe erogar para que su familiar fallecido pueda ser incinerado es de 26 a 34 mil pesos, contando con el trámite de la documentación correspondiente.