Miguel Zúñiga Juárez
Análisis del Acontecer
A la vista de todos, de esa manera 56 niños indígenas eran explotados en calles de #Oaxaca. Humillados por sus captores, eran obligados a pedir limosnas, vender chicles y productos o aprender una rutina que en ocasiones ponía en riesgo su salud.
Mientras la mayoría de los niños en Oaxaca se despierta para tomar un desayuno e ir a la escuela, estos pequeños originarios de Chiapas iniciaban una jornada laboral con los primeros rayos de sol, desde un crucero o calle concurrida.
Deambulaban sucios, mal comidos, mal dormidos y en situación carente de toda atención; sufrían de acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Oaxaca de esclavitud por un grupo de por lo menos 11 personas.
Los captores aprovechando la condición indígena de los menores, bajo engaños y después amenazas fueron sacados de su natal Chiapas, y traslados a Santa María Atzompa un municipio aledaño a la capital de Oaxaca.
Con golpes y en condiciones deplorables eran llevados en los cruceros y durante el día eran vigilados por sus captores, debían a las 8 de la noche entregar cuentas de lo que vendían o en su caso de lo que por lástima recibían de limosna.
Las mujeres eran obligadas a cargar en sus espaldas a niños, los jóvenes eran obligados a vigilar también a los pequeños, y así trascurría su vida.