Miguel Zúñiga Juárez
Análisis del Acontecer
Para niños trabajadores la pandemia del COVID-19 no existe, menos existe el DÍA DEL NIÑO; hoy es un día común en el que la preocupación es conseguir unas monedas para poder alimentarse y subsistir.
En el crucero de la libélula, la realidad que viven estos niños se hace presente, no hay juguetes, no hay globos, no hay sorpresas únicamente hay una caja de chicles que deben vender para comprar tortillas y comer.
La luz de los ojos de estos dos pequeños se ha apagado, miran extraviados el transcurrir de pocos vehículos que pasan y observan con extrañeza a la gente con cubre bocas.
Si les preguntas sobre el COVID-19 no saben, dicen que esa enfermedad no existe o piensan que a ellos no les puede dar, pues la vida ya los ha castigado mucho como para hacerlo ahora con este virus.
Corren de un lado a otro pidiendo unas monedas, y así transcurre el día del niño para ellos, pues nada ni nadie los moverá de ahí hasta conseguir el dinero que les permita llevar comida a su mesa.
Brevemente aseguran que sus papás también trabajan y ellos lo hacen pues pagar la renta, pasajes y comida no alcanza solo con lo que consiguen sus progenitores por eso, tambien deben salir ellos a buscar su sustento.